¿Preparador físico si o preparador físico no? Como decía la canción de Jarabe de Palo, «depende».

Hoy en día, todo el mundo puede practicar deporte por el mero hecho de mejorar su salud, disfrutar de la naturaleza o simplemente para relacionarse socialmente y compartir momentos con sus familiares o amigos. Obviamente, en este caso, no es necesario tener la figura de un entrenador, porque nuestro único objetivo es disfrutar del deporte, sin más.

Sin embargo, la figura de un preparador físico es indispensable cuando sobrepasamos la línea del deporte lúdico y buscamos mejorar nuestro rendimiento, sea este del nivel que sea o cuando nuestro futuro laboral depende de nuestro estado de forma para superar unas pruebas físicas y posteriormente teóricas.

Como vemos, la forma física es una forma de seleccionar a las personas más cualificadas para según qué trabajos. Y es por ello que en este contexto como en el contexto de la competición, la figura de un entrenador cualificado marca diferencias.

¿Y qué es lo que hace un preparador físico que una persona deportista no hace?
Un entrenador primero individualiza, segundo planifica, tercero ejecuta lo planificado y cuarto modifica aquello que no funciona, porque en entrenamiento, hay muchos aspectos que hay que modificar, sino, cualquiera con un plan de internet sería entrenador, que ya os digo que también los hay.

¿Y para qué sirve la planificación?, para llegar en el punto óptimo de forma al momento en el que más queremos rendir.

Se estima según la bibliografía, que hasta los JJ.OO de Munich 1972 solo entre el 15-25% de los atletas que habían competido en JJ.OO anteriores alcanzaron su punto óptimo en ese evento. Ojo, que estamos hablando de auténticos atletas. Esto fue debido a que la teoría del entrenamiento de (Ozolín 1983) estaba perfeccionándose y todavía no se planificaba tan bien como ahora.

Por ello, aunque el mundo del entrenamiento siempre está evolucionando, las bases están asentadas desde hace tiempo, y necesitamos a un preparador físico para que las sepa utilizar a la hora de sacar nuestra mejor versión.

¿Por tanto, de qué depende el que necesitemos a un preparador físico o no?

Si queremos mejorar nuestro rendimiento u opositar para conseguir un trabajo estable, lo necesitamos. Si hacemos deporte para disfrutar y socializar, no es necesario.